El pasado viernes 18 se inauguró en Caseros la primera sala boutique virtual, “Mtros. Ponciano Cárdenas y Ermando Bucci”. La cultura local y el esfuerzo privado. Culturicidio y gobierno ausente

Caseros sumó una nueva sala de arte en un espacio no convencional. Se trata de la ubicada en la sede privada de la productora cultural La Ínsula, en la localidad cabecera de Tres de Febrero. Es inusual, porque se trata de un ámbito al cual sólo se accede por invitación, se promociona virtualmente y funciona como espacio de exposición de colecciones privadas difundidas por vivos y posteos en redes sociales. Esta nueva tendencia desarrollada por el almacén creativo de La Ínsula, está orientada a una forma novedosa de “espacios boutique” que mixturan la presencialidad con lo virtual y que en lugar de apuntar a la masividad física, se concentran en afirmarse en la exclusividad y la tecnología, aprovechando los recursos comunicacionales de las redes sociales. La Ínsula crea este nuevo formato de sala de arte que remeda el streaming, pero adaptado a las artes visuales. Es la permanente evolución de la creatividad privada y la confirmación de que Tres de Febrero es una potencial usina y polo naranja (de industrias creativas, culturales y tecnológicas). El distrito cuenta con un generoso ecosistema cultural de gestión privada y comunitaria, fortalecido por la UNTREF, que se destaca por su rol en el arte y la cultura, y sus carreras de grado y posgrado relacionadas con el variopinto mundo cultural. No obstante, a esta auspiciosa y esforzada palada de cal, se le opone una de arena (movediza) por parte del Estado municipal. Tres de Febrero supo ser la “ciudad creativa”, tocando sus puntos más altos entre el 2017 y parte del 2018. Reconocida por el entonces Ministerio de Cultura de la Nación, integró el selecto lote de las 54 ciudades-territorios del país más pujantes culturalmente. No fue casualidad, durante ese período la Municipalidad filmó ficción y documentales, publicó libros, editó discos compactos, produjo teatro, música y danza, abrió salas de arte y espacios audiovisuales, creó el RAL (Registro de Artistas Locales), entregó becas creativas junto al Fondo Nacional de las Artes y el Banco Provincia, y expandió la infraestructura cultural pública mediante el programa de acercamiento de contenidos culturales, Cultura Camina, entre otras tantas iniciativas.

El presente es desolador. De aquella alborada no tan lejana, se pasó a la emergencia cultural y el Estado ausente. La ignorancia y la desidia al frente del área, demolieron el proyecto de revalorización de la cultura local. Desde aquellos tiempos a esta parte, el intendente municipal no cesó en el achicamiento de la cultura. A la supresión de la casi totalidad de las políticas culturales como los Premios Martín Coronado o de Novela “Marco Denevi”, le siguió la quita de la tradicional sede de la calle Valentín Gómez en Caseros, donde además funcionaba el centro cultural, “Intendente Roberto Heredia”, luego discontinuó el contrato del Cine-Teatro Ocean de Santos Lugares y así perdió el principal foco cultural en esa localidad y su área de influencia, y finalmente va por la apropiación administrativa y total de la Sede Cultural Ciudadela “Alberto Olmedo”, iniciada con la inopinable llegada del Registro Civil y otras unidades que nada tienen que ver con el quehacer cultural. En síntesis: Tres de Febrero está asolado por un culturicidio a nivel municipal, producto de la prevalencia de la era de la destrucción y la supina ignorancia, pero como decía el personaje de Oscar Martínez en “El ciudadano ilustre”, “la cultura es indestructible”. *El autor es escritor, licenciado en Gestión del Arte y la Cultura (UNTREF) y ex subsecretario de Cultura municipal.

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