Por Mariano Saravia:
En política internacional está semana lo más importante es lo que ocurrió en Chile, la elección de convencionales constituyentes que van a tener como función en los próximos dos años o un año y medio darle a Chile una nueva constitución. Esto es muy importante, es histórico porque Chile tenía hasta ahora la constitución de Pinochet, la constitución de 1980 y realmente es importante porque es la culminación, en realidad no es la culminación, sino que es el inició de un proceso político largo, pero es uno de los primeros frutos que se ven de aquella explosión social que se vivió en Chile en octubre y noviembre de 2019. Después vino la pandemia, pero aquel costo humano tan grande de vidas, de ojos perdidos en manos de la represión de los carabineros de Chile, las violaciones, los delitos de lesa humanidad, el terrorismo de estado del estado chileno que siempre se nos ha presentado como un ejemplo, todo ese costo humano hoy da sus frutos.

Realmente sorprendió el resultado de las elecciones del sábado y domingo porque los primeros grandes perdedores son los partidos políticos con la partidocracia, el establishment político. Principalmente la derecha que no llegará a un tercio de la convención constituyente con lo cual no tendrá ni siquiera el derecho a veto. No solo que no va a poder imponer su visión de país para las próximas generaciones, sino que tampoco tendrá ni siquiera la potestad de vetar lo que los otros impongan.
La derecha y la extrema derecha son los primeros perdedores, pero también la democracia cristiana que tiene solamente dos convencionales constituyentes, el partido socialista tampoco hace una gran elección. De los partidos los únicos que quedan bien parados son el Frente Amplio y el partido Comunista pero los grandes ganadores seguramente son los independientes. De 155 constituyentes, 103 van a ser independientes, el promedio de edad de esos constituyentes es de 45 años, la más joven, Valentina Miranda, del partido comunista tiene 20 años. Hay más mujeres que hombres, 79 mujeres y 76 hombres y de 155 solamente 60 son abogados. Esto no es que este ni bien ni mal es un dato de la realidad de como Chile empieza a cambiar.
Chile despertó y ahora empieza a cambiar y es un reflejo en el cual nos tenemos que ver todos los sudamericanos. Había quizás dos o tres países donde el neoliberalismo parecía inmutable, parecía sólido, parecía que nunca iba a cambiar, esos eran Chile, Colombia y Perú, justamente los tres países de donde sus pueblos se levantaron, donde sus pueblos nos demostraron que algo estaba funcionando mal y donde sus pueblos están luchando para cambiar ese destino. Es un reflejo de lo que también deberíamos hacer nosotros, en algún momento más tarde o más temprano, discutir toda la sociedad en su conjunto que tipo de país queremos construir. Los chilenos y las chilenas han empezado a hacerlo”.