El reconocido periodista Mario Massaccesi habló con el programa “LIBRE ALBEDRÍO”, que se emite por FM 88.9, y repasó su extensa carrera en el medio y analizó el periodismo que se ejerce hoy día.

Siento que el periodismo es un servicio. A veces lo hacemos mejor, a veces lo hacemos peor, pero sigo creyendo que es un servicio para la gente. 

Lo importante del programa no somos nosotros, sino la gente. Y por lo tanto tenemos que pensar en el impacto que todos los días tenemos cuando contamos un tema. 

Este es un trabajo que hacemos para la gente, por eso soy tan crítico de muchos periodistas que se miran el ombligo todo el tiempo y que hacen periodismo de periodistas. Lo más importante es la gente. 

En un equipo pueden aparecer todo tipo de discusiones y a veces, en esa discusión, me va bárbaro y a veces no me va tan bien pero es parte del juego de que los otros a veces tienen su razón.

Era una persona con muchos miedos, con muchos juicios, muy cruel conmigo mismo, cruel con mi familia en el sentido de lo que pensaba de mi familia, he tenido pensamientos muy feos. Y el coaching me ayudó a correrme de esos juicios y en vez de mirar para atrás, seguir mirando para delante. No para negar el pasado, sino para no poner foco en eso y no ponerle juicio. Ponerle juicios al pasado, es cerrarse puertas a futuro. 

Yo no le he puesto la carga al periodismo de esto de ser cuestionado. Me he liberado bastante de la crítica ajena. No soy un tipo que está leyendo lo que dicen de mí. Mi foco está en la gente y en hacer bien mi trabajo. Siempre va haber gente que no le va a gustar nada por más que me vista del payaso Plin Plin. 

Todos tienen derecho a criticar. Hay algunas críticas que me interesan y hay algunas que digo ‘pobre, encima que no les gusto, me miran’. 

A mí no me gusta la violencia. Es un límite en el que por momentos se vuelve incómodo, pero también es cierto que es parte de las reglas de juego. No la estoy convalidando pero es parte de las reglas de juego. Tirarse dardos es más frecuente que decir te amo. Lo que pasa con los periodistas es un reflejo de lo que pasa en todos los ámbitos. Los argentinos somos así, nos encanta la rivalidad. 

He sufrido agresiones feas pero nunca he denunciado, no me victimizo. Me han dicho de todo y no estoy poniendo esas cosas en las redes. Si querés putearme, puteame. 

Unos días antes de que muriera, Débora (Pérez Volpin) me escribió un mensaje diciéndome que quería que nos juntáramos y tomáramos un café para charlar de algunos tema que tenía en su cabeza. Y ese café quedó pendiente. Me había dicho: ‘Tenemos que hacer algo para cambiar algunas cosas’, y nunca supe qué tenía en su cabeza. La recuerdo como una chica llena de proyectos, muy agradable, una madraza, buena compañera de trabajo, divertida, copada, cero buchona, siempre arreglaba las cosas entre nosotros.ESCUCHA LA ENTREVISTA COMPLETA

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