*Por Ricardo Tejerina
Gardel, Perón y Maradona. Cultura, política y deporte. Las grandes pasiones de los argentinos y la necesidad omnipresente de un salvador. Carlos Gardel, Juan Domingo Perón y Diego Armando Maradona forman el tridente más conspicuo de la argentinidad total. Aspirantes a esa lista hubo y hay varios, desde San Martín hasta el papa, pasando por Monzón, Olmedo, Favaloro, Alfonsín, Vilas, Fangio, Tita Merello, Charly García, Fontanarrosa, Borges, Sandro y seguramente alguno más, pero aquella tríada es muy difícil de superar. Sólo Evita podría reclamar un lugar allí y, tal vez, sería justicia. La muerte de Maradona nos deja sin el último de la estirpe y eso no es muy fácil de digerir para nuestro pueblo acostumbrado al pasaje de la posta. Creo que el solo enunciado de los grandes ídolos nacionales resuelve la disputa sentimental (no deportiva) por el trono del mejor de todos los tiempos en el corazón popular y futbolero. Todos coincidimos en que Messi es un jugador extraordinario, pero ser ícono de la argentinidad es otra cosa.
Las grandes pasiones nacionales atraviesan la cultura, la política y el deporte, claramente. Gardel cada día canta mejor, Perón ya lo decía por sí mismo que “los hay de izquierda, de derecha y de centro, pero, peronistas somos todos” y Diego, el diez, es sencillamente Dios. La argentinidad es, pues, la alquimia perfecta que surge del maridaje de todas esas personalidades y además se incrementa con el mito que las alimenta y sobrevive. Bendita es nuestra tierra capaz de engendrar tanto talento inigualable. Lo inexplicable es por qué la Argentina no puede levantar cabeza, o quizá la explicación esté dada por el hecho de tener que abandonar la tradición mesiánica e individual y dedicarnos a la construcción de la nueva era con menos injerencia de lo fortuito y pasional, y mayor protagonismo de la razón y la educación. Más ahora que hemos quedado huérfanos de salvadores providenciales. Tal vez sea ésta la última oportunidad que dispongamos para levantarnos y andar.
*El autor es escritor, licenciado en Gestión del Arte y la Cultura (UNTREF) y ex subsecretario de Cultura municipal.
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