El Ministro de Economía, Damián Bonari, elevó una nota al directorio del Banco solicitando que canjee un bono de 4 mil millones, con vencimiento al 6 de diciembre, por otros que vencen dentro de un año. ¿Reperfilamiento o default?

El ministro de Economía bonaerense, Damián Bonari, acaba de confirmar los peores temores de Axel Kicillof y de toda la oposición: la administración de María Eugenia Vidal tiene un enorme faltante de caja que le complica cerrar las cuentas de este año.

Así entienden propios y extraños a partir de la decisión del Ministerio de Economía de elevar una nota al directorio del Banco Provincia con el objeto de canjear un bono de 4 mil millones de pesos que se emitió en diciembre de 2016 y que vence a comienzos de diciembre por otro equivalente, que le da un año más de plazo.

Son, en total, 4.259.606.000 pesos. “Esta Provincia requiere a este Banco el canje de bonos de vuestra tenencia, por un nuevo bono”, se lee en el documento dirigido al presidente del BAPRO, Juan Curutchet, al que accedió INFOCIELO.

La movida fue considerada “inusual” por los directores del BAPRO, que hablaron lisa y llanamente de un “default” de la deuda provincial. El pedido de Bonari, a instancias de la propia Vidal, se ampara en la “volatilidad financiera que impide el acceso de la Provincia al mercado de deuda”. También advirtieron por las consecuencias penales que podría acarrerar para quienes avalen el pedido.

Lo que llama la atención del pedido es que se eleve apenas horas antes de la elección en la que el oficialismo se juega su futuro político, y frente a los reiterados comentarios de Vidal y de su tropa en torno a la “solidez” de las cuentas provinciales.

La oposición calcula que a Vidal no le cierran las cuentas. Y calculan que la Provincia necesitará 100 mil millones de pesos para hacer frente a pagos de salarios, jubilaciones y deudas a enero de 2020. Ni siquiera las “inversiones” de la Provincia en los distintos tipos de letras que emitió la Nación sirvieron para alivianar el crónico déficit provincial.

Así, no quedó otra que ir a un “reperfilamiento”, como el que sugirió el jefe de Bonari y actual Ministro de Hacienda de la Nación, Hernán Lacunza, para alivianar la deuda del Gobierno nacional.

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