Lo que ya se sospechaba comienza a tener más firmeza a partir de nuevas declaraciones que salieron a la luz. Un oficial detenido intentó modificar o borrar pruebas posteriores al accidente que se cobró la vida de cuatro jóvenes, perseguidos a tiros por la policía. En tanto, la justicia también se enfoca en el rol del exsecretario de Seguridad y de la intendenta Mayol.

Algo pasó antes de que el Fiat Spazio que trasladaba a los cinco jóvenes de San Miguel del Monte intentara huir de la persecución a tiros que salieron de varios móviles policiales.

Todavía no hay certezas claras, pero una hipótesis en la causa crece con fuerza a medida que los testimonios y las pruebas se van ordenando. Todo apuntaría al policía Héctor Enrique Ángel, alias “Pipi”, detenido en la causa y ahora sospechado de tener vínculos con el narcotráfico.

Según data en varias declaraciones de testigos en la causa, el oficial fue el primero que se acercó al Centro de Monitoreo de la municipalidad, minutos después de que el auto que transportaba a los chicos –cuatro de ellos finalmente fallecidos- se estrellara contra un camión estacionado.

A las dos de la mañana de ese mismo 20 de mayo, “Pipi” llegó primero y pidió observar las imágenes de las cámaras de seguridad, a pesar de no haber intervenido en la persecución mortal. Según los testimonios, él habría estado acompañado de otra persona a la cual todavía no pudieron identificar.

Sin embargo, también se sospecha que el acompañante pueda haber sido un concejal de la ciudad, lo cual agravaría el cuadro de la causa al mismo tiempo que la justicia intenta determinar el grado de responsabilidad política de la intendenta Sandra Mayol.

Según el relato, allí el oficial “pide observar la cámara, toma su teléfono celular y graba parte de la persecución en la Rotonda Almirante Brown hacia Colectora 9 de Julio”, el lugar del accidente. Ambos observaron las imágenes una y otra vez, e incluso aseguraron que era para llevarlas a la Fiscalía. Algo que finalmente no pasó y que complica la situación del oficial de policía.

De hecho, al momento de procesar al policía, el juez Eduardo Silva Pelossi argumentó que “se evidencia el previo conocimiento por parte del imputado” de los posibles motivos que llevaron a la persecución y al cuádruple homicidio y a la tentativa de homicidio en perjuicio de la única sobreviviente, Rocío Quaglariello.

Pero, ¿Por qué Héctor Enrique Ángel estaba tan interesado en las imágenes del accidente? ¿Intentaba borrar rastros de los tiros de la policía o algo más? Las incógnitas se responden con otra pregunta, la inicial: ¿Qué pasó para que la policía persiguiera tan demencialmente a cinco jóvenes que iban cantando en una tranquila noche de pueblo?

Tras una nueva declaración de una vecina, se cree que uno de los posibles motivos que originó la persecución se pudo haber dado luego de un casual encuentro entre el vehículo de los chicos de Monte y un patrullero en un lugar llamado “La cueva del oso”.

LA RESPONSABILIDAD POLÍTICA

En tanto, minutos después de que “Pipi” se haya ido del Centro de Monitoreo, el exsecretario de Seguridad de la Municipalidad de Monte, Claudio Martínez, se hizo presente en el lugar y volvió a repetir la rutina de observar las imágenes. Algo andaba mal.

Uno de los puntos que complican a Martínez es que allí se basó en la versión policial, explicando que “se había registrado un accidente y que previamente hubo un ‘seguimiento’ policial que no tuvo nada que ver con el hecho”.

Ahora, la justicia también investiga el comportamiento de la intendenta Mayol, a base del rol que ocupó su secretario de Seguridad y las propias decisiones que tomó la mandataria después del accidente. O más bien, de la masacre.

Por admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *