Los nuevos líderes locales deben renovar completamente la vieja política. Creatividad e innovación orientada a la transformación social. Tres de Febrero y el fin de la era conservadora.

A la forma del pensamiento convencional, se la llama “pensamiento vertical”. Es la manera habitual y empírica de resolver los problemas. Funciona de manera ascendente o descendente, pero no incluye ninguna estrategia que vaya por los costados. Es siempre “más de lo mismo”, si no funciona: sube la dosis, si sigue sin funcionar la baja. Nunca obtiene resultados diferentes a su promedio, porque siempre realiza lo mismo. Si ves a la Argentina, a la provincia de Buenos Aires y a Tres de Febrero en ese rango: estás en lo cierto. El pensamiento vertical es el núcleo mismo del sistema. Más, incluso, es la autodefensa de ese sistema ante cualquier posibilidad heterodoxa. Como regla intentará convencer a la mayoría de que es la única manera, que no existen otras alternativas y que “lateralizar” soluciones es la antesala del desastre. El pensamiento vertical crea problemas donde no los hay y los prolonga y complica. Es decir: entretiene y distrae con lo superfluo e inútil, mientras aporta todo el tiempo a la ortodoxia sistémica. Es el conservadurismo en estado puro.

El sistema de estacionamiento medido (SEM) creado por Valenzuela y escriturado por todos los concejales oficialistas y aliados (memoria), es verticalismo intelectual aplicado al desarrollo urbano y el tratamiento vial. Crearon un problema, aduciendo solucionar otro, incorporaron un tributo, aumentaron la burocracia, y ahora regularán la protesta subiendo y bajando tarifas, calles, fechas, etc., se ve claro, ¿verdad? Tres de Febrero necesita nuevos referentes. Otros líderes y otras políticas. Una nueva ola plurigeneracional que sea capaz de modificar el fracaso de la ortodoxia original y la de sus continuadores que se propusieron como el cambio y se empeñaron en ser lo mismo. Los nuevos líderes están en la comunidad y tal vez (ojalá) lejos del estanque en que nada hace décadas la política local. Están en el sector social, emprendedor, educativo, cultural, etc. Son jóvenes de mente y espíritu. Vienen a transformar y no a durar. Llegan para servir más que para servirse. Son una nueva militancia que aún no ha despertado del todo y no ha descubierto todavía que el futuro del distrito depende en gran medida de esa alborada colectiva. La era que asoma es la de la creatividad y la innovación. La del conocimiento y la tecnología. Es la era del “pensamiento lateral”. Nuevas soluciones para viejos problemas. Otras referencias para postas antiguas. Creo que hay lugar para la germinación plena de una verdadera esperanza que le ponga fin a la era conservadora.

*El autor es escritor, licenciado en Gestión del Arte y la Cultura (UNTREF) y ex subsecretario de Cultura municipal

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