
Por Ricardo Tejerina
Se llama “economía naranja” a la producción de las industrias culturales, creativas y tecnológicas. En la era de la innovación, prevalecerán las “mentefacturas”. ¿Puede Tres de Febrero convertirse en el primer polo naranja de la provincia de Buenos Aires?
Dice Facundo Manes que el futuro es el conocimiento, tiene razón, cada vez más es el diferencial positivo que existe entre las naciones, y es lo que tiende a imponerse: el capital más importante no es, pues, la riqueza natural, sino la adquirida a través del proceso intelectual-cultural. Por mi parte, le agrego al conocimiento su faceta productiva, eso me lleva a concluir que “el futuro es la economía naranja”, que es aquella que se basa en las industrias creativas, culturales y tecnológicas. Los gobiernos locales deben apostar en el próximo decenio a esta producción sin chimeneas que en lugar de fabricar manufacturas realiza “mentefacturas”, es decir productos y contenidos de matriz cultural, que modifican determinantemente la vida de una comunidad e inciden en su producto, oferta de empleo, capacitación y posicionamiento.
Las “mentefacturas” nos acompañan desde la más temprana edad y hasta la etapa más avanzada de la vida humana. La pandemia ha puesto en evidencia la esencialidad de todo aquello que no era -a priori- esencial. Los días de aislamiento demostraron que el alimento del cuerpo es tan importante como el del espíritu: si algo nos rescató y rescata del desastre han sido, justamente, las aportaciones culturales en toda su variopinta gama de ofertas.
Volviendo al territorio, Tres de Febrero tiene todo el potencial para ser el primer Polo Naranja de la provincia de Buenos Aires. Algunos de los sectores a potenciar y fomentar son la arquitectura urbana, las artes visuales y escénicas, las artesanías, las artes audiovisuales, la comunicación y el sonido, el diseño en todas sus formas y la variedad y multiplicidad de proyectos digitales, editoriales, de investigación y de desarrollo de nuevos productos, juegos y juguetes, indumentaria, música, publicidad, software, contenidos para TV y radio, videojuegos y arte digital, entre otros. Hay que crear las condiciones, las redes y las asociaciones positivas entre instituciones del sector público y organizaciones del sector privado para convertirnos en una suerte proyecto a escala del Silicon Valley, California, lugar de asiento de compañías como Apple, Google, Oracle o Facebook. En la idea de “ciudad creativa” que tenemos para Tres de Febrero, la transformación productiva del municipio y la construcción de la “marca ciudad” sostenida en ese nuevo paradigma, resultan fundamentales para garantizar 20 años de crecimiento inteligente. Se trata de una decisión fundamental tomada hoy que puede cambiar radicalmente el futuro de nuestro distrito, muy distanciada de las nulas perspectivas del pasado, las mismas que continúan en la actualidad, carentes de todo proyecto innovador.
*El autor es escritor, licenciado en Gestión del Arte y la Cultura (UNTREF) y ex subsecretario de Cultura municipal.
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